Inspirada en su Rusia natal y vistiendo a las muñecas rusas con vestidos de aire gótico (aunque podemos encontrar siluetas que nos recuerdan cualquier momento entre el siglo XIX y los años 50), Ulyana Sergeenko sigue abriéndose paso como diseñadora, que presenta su tercera colección en la Alta Costura de París, a pesar de no contar con los requisitos de la Fédération française de la couture y no ser uno de los diseñadores invitados. No tiene miedo a desfilar junto a los grandes. Su actitud y su pasión por la vestimenta oriunda, le lleva a una colección que tras los cuentos rusos y la literatura americana como inspiración, esta vez elige lo ortodoxo y eclesiástico.
Sus prendas, que poseen cierta austeridad y fuerza, no solo en los tejidos, con pliegues y volúmenes destacables, hacen experimentar ese dramatismo escénico que rodea a sus propuestas, esta vez con lágrimas incluídas.
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