Tras trece años de ausencia en la pasarela de Alta Costura, los diseñadores holandeses Victor Horsting y Rolf Snoeren vuelven con una colección muy conceptual y una curiosa puesta en escena: un jardín zen japonés fue el punto de partida de su desfile, que comenzó con ambos diseñadores sentados en el suelo en actitud de meditación. Por el suelo forrado de rayas que imitaban los dibujos de un rastrillo sobre la arena fueron caminando las modelos que tras mostrar sus creaciones, tomaban sitio en el escenario e iban reproduciendo figuras de piedras y plantas, las cuales eran cuidadas al detalle por ambos creadores.
Apuestan por un total look con un único color: el negro. Toda la colección está confeccionada en seda tratada tecnológicamente para adoptar la apariencia esponjosa del neopreno, y unas sandalias planas con tiras de viscosa como complemento.
El desfile deja patente que el patronaje de esta colección apuesta por las líneas redondeadas y desestructuradas. Predominan las faldas largas que dejan al descubierto los tobillos, aunque también se ven minifaldas y pantalones tobilleros. Parte de la colección nos presenta diseños tubo, en los que se eliminan las formas clásicas. Acabados abullonados y cuerpos panelados dan como resultado formas muy geométricas, que toman como referencia la naturaleza. También tienen cabida las asimetrías y el trabajo de la seda dispuesta en pequeños flecos que imitan la hierba de un jardín.
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